martes, 20 de abril de 2010


No te prometo que me vayas a entender siempre, es más, la mayoría de las veces te volveré loco. Tampoco te prometo tener siempre una sonrisa en la cara… me verás llorar infinidad de veces y por cualquier motivo, ya sea de tristeza, rabia o alegría. Otras me verás tan enfadada que creerás que hasta aquí llego todo… y por último, también tendré mis días serios en los que sólo me apetece sentarme y mirar al vacío. No te agobies, no me entenderás nunca. Pueden pasar días, meses o años que te seguiré perdiendo en cada cambio de humor que tenga… nunca encontrarás motivos ni razones… y se que te desquiciará.
Tampoco te prometo que deje atrás el pasado, seguiré pensando en el día tras día. Unos días deseando olvidarlo y otros deseando que vuelva, pero no lo superaré. Las cosas las recuerdo más bonitas cuando ya han pasado... Por eso te aviso, no te agobies cuando veas que un día no tengo ganas de hablar… y que otros sólo hablo de cosas que ya han sucedido hace mucho. Si rompo con el pasado, rompo conmigo misma.
Es imposible que pueda prometerte que vaya a encontrar mi sitio. Necesito ir de aquí para allá, ser un torbellino de emociones y sensaciones… sabiendo que tu estarás ahí y lo entenderás. No me pidas explicaciones, no te las daré. Las respuestas a tus preguntas tendrás que contestártelas tu, yo permaneceré callada. Tampoco entiendo de celos ni de envidias, igual que no te puedo prometer lo anterior, si te puedo prometer que seré fiel.
Siento confesarte que no esperes que sea constante, unos días seré tierna y cariñosa, y otros días si me tocas te morderé. No será culpa tuya, sino que mis ánimos vienen y van de forma inesperada. Te aconsejaría que me dejaras tranquila en esos momentos, y verás como al poco volveré a ser la de siempre. Sino te acostumbras a esto, querido amigo, lo nuestro no funcionará.
He de decirte que te sorprenderé demasiado, y las sorpresas no siempre son buenas. Cuando creas que actuaré de una determinada forma, haré justo lo contrario. Seré demasiado cauta para algunas cosas y en cambio para otras actuaré de la forma más inesperada. No me riñas o me encerraré aun más en mi misma.
Discutiremos mucho, casi todos los días. Creo llevar siempre razón y te saldré con cualquier tipo de explicación para inclinar la balanza a mi favor. Te ruego que no me dejes, si veo que lo haces siempre te tomaré por un tonto sin principios.
Conmigo las cosas no son fáciles, supongo que es… como bajar una montaña rusa. Te dá miedo, estas nervioso y lo pasas mal… pero cuando por fin bajas la sensación que te queda es de auténtica satisfacción.
Te he puesto todas las cartas sobre la mesa, ahora eliges tú: dejar de jugar o seguir apostando.

2 comentarios:

Adriana (Adri) dijo...

dios nunca vi a alguien describirse tan bien. pena que no solo me recordase a ti esa descripción porque seguir apostando en un caso es muy facil pero en el otro es muy dificil.

Adriana (Adri) dijo...

dios nunca vi a alguien describirse tan bien. pena que no solo me recordase a ti esa descripción porque seguir apostando en un caso es muy facil pero en el otro es muy dificil.